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Yogur y probióticos: una alternativa para mejorar nuestra salud

La inclusión del yogur en nuestra dieta diaria aporta de manera significativa y positiva a nuestra salud, pues brinda infinidad de minerales, vitaminas y nutrientes necesarios para una óptima nutrición. Además, si se lo complementa con probióticos, el beneficio será aún mayor, dado que estos dos componentes participan no solo en el mejoramiento de nuestro organismo y digestión, sino que también refuerzan el sistema inmunitario y promueven la reparación de las células intestinales.




La alimentación adecuada mejora, sin lugar a dudas, la calidad de vida. El yogur es uno de los lácteos que se proyecta como una gran alternativa para tener una alimentación saludable y balanceada. Cabe destacar que, el consumo de lácteos se inicia desde la lactancia materna (los bebés reciben los nutrientes de acuerdo a la alimentación de la madre), pero a medida que vamos creciendo nuestra microbiota va cambiando y la ingesta de lácteos se diversifica.


El consumo de yogur es clave en todas las etapas de la vida. Para los niños, por ejemplo, la incorporación de este derivado lácteo en sus dietas, es una fuente neta de calcio natural, vitaminas y minerales que ayudan al crecimiento y fortalecimiento de los huesos.


En cambio, para las mujeres en estado de gestación el yogur es rico en nutrientes y vitaminas como A, B, B6, B12 y ácido fólico, indispensables para el proceso de formación y desarrollo del bebé.


Estudios clínicos revelan que el consumo adecuado de yogur previene la Diabetes tipo II, y ayuda a reducir enfermedades cardiovasculares. La ingesta de este alimento, combinada con ejercicio moderado y una dieta balanceada rica en vegetales y frutas, beneficia al sistema inmunitario.


Además, el yogur es un snack saludable que brindando sensación de saciedad, lo que ayuda a reducir la necesidad de comer entre horas. Por otro lado es una alternativa excelente para aquellas personas intolerantes a la lactosa, debido a que contiene un 30 % menos de lactosa en comparación con otros lácteos.


Según la OMS, los probióticos son microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas (mínimo un millón por cada ml de yogur) confieren beneficios a la salud. Existen diferentes cepas y cada una de ellas debe pasar por un estudio clínico para identificar sus beneficios. Actualmente, el Lactobacillus GG es uno de los probióticos con mayor documentación clínica en el mundo. Se han reconocido probióticos con beneficios anímicos, que controlan el peso (en relación a cuadros de obesidad), o que incluso reducen infecciones del tracto respiratorio e intestinal.


Al consumir yogur, sus probióticos se adhieren al epitelio intestinal, y protegen esta zona de ataques de virus o bacterias malignas. Este proceso fortalece el sistema inmune, y protege y promueve la reparación de células intestinales, reduciendo el riesgo de contraer enfermedades infecciosas .


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